Nicolas guillen frases ( 2 )
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Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él.
El más rico de todos los hombres es el ahorrativo; el más pobre, el avaro.
¡Tú, tú, tú, mi incesante primavera profunda mi río de verdor agudo y aventura!.
Un príncipe. . . Jamás predica otra cosa que concordia y buena fe; y es enemigo acérrimo de ambas, ya que, si las hubiese observado, habría perdido más de una vez la fama y las tierras.
Es preciso elegir entre amar a las mujeres o conocerlas; no hay otro medio.
Y los ojos prometen mientras la boca aguarda.
Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse.
El espíritu invade mi existencia con poder soberano.
La soledad no es tan triste. Ser es también no haber sido.
Calor, amor. La historia tras la puerta.
La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad.
Para que una relación entre un hombre y una mujer sea realmente interesante, es preciso que haya entre ellos goce, memoria o deseo.
Pero más, más ternura trae la caricia. Lentas, las manos se demoran, vuelven, también contemplan.
Gentes que me son extrañas: esas que me creen solo sin ver que tú me acompañas.
Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.
Los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.
¿Habrá un fin al saber?. Nunca, nunca. Se está siempre al principio de una curiosidad inextinguible frente a infinita vida.
El cambio de moda es el impuesto que la industria del pobre carga sobre la vanidad del rico.
Ya te lo decía yo. Era imposible el olvido. Fuimos verdad. Y quedó.
Las armas se deben reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten.
Las matemáticas se escriben para los matemáticos.
Tu soñar me envolvía, soñado me sentí.
Entre las combas y las sombras de tu hermosura no me pierdo, y tu nombre claro proyecta luz muy personal sobre tu cuerpo, que está en mi amor y fuera de su mágico radio secreto.
Hay tanta plenitud en esta hora, tranquila entre las palmas de algún hado, que el curso del instante se demora lentísimo, cortés, enamorado.
Noche mucho más noche: el amor ya es un hecho.
Haceos con amigos dispuestos a censuraros.
En todas las cosas humanas, cuando se examinan de cerca, se demuestra que no pueden apartarse los obstáculos sin que de ellos surjan otros.
La máquina ha destruido la estructura secular de la vida humana, orgánicamente vinculada con la vida de la naturaleza.
La modestia es la más inocente de las mentiras.
El que no tiene carácter no es un hombre: es una cosa.
El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo.
Un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira.
Lo único que impide a Dios mandar un segundo diluvio, es que el primero fue inútil.
La mujer es como la sombra: si la huyes, sigue; si la sigues huye.
En las grandes cosas los hombres se muestran como les conviene mostrarse. En las pequeñas como son.
La sociedad sería una cosa hermosa si se interesaran los unos por los otros.
Las pasiones hacen vivir al hombre, la sabiduría solo le hace durar.
Todas las pasiones exageran: es poruqe exageran por lo que son pasiones.
Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de vuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y d...
La habilidad es a la astucia lo que la destreza a la estafa.
