Oscar wilde capricho ( 3 )
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En asuntos de vital importancia, el estilo, y no la sinceridad, es lo verdaderamente vital.

La diferencia entre literatura y periodismo es que el periodismo es ilegible y la literatura no es leída.

En estos tiempos los jóvenes piensan que el dinero lo es todo, algo que comprueban cuando se hacen mayores.

Mejor ser un cohete caído que no haber resplandecido nunca.

Cualquier hombre puede llegar a ser feliz con una mujer, con tal de que no la ame

Las mujeres feas son celosas de sus maridos. Las bonitas no tiene tiempo, ¡están siempre tan ocupadas en estar celosas de los maridos de los demás...!

Desde el punto de vista artístico la moda una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.

El valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa.

Los ideales son peligrosos. La realidad hiere, pero es mejor.

La religión es el sustituto elegante de la fe.

Solo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor.

Mientras la guerra sea considerada como mala, conservará su fascinación. Cuando sea teñida por vulgar, cesará su popularidad.

Es terriblemente triste que el talento dure más que la belleza.

Cada uno somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro infierno.

En Inglaterra, un hombre que no puede hablar de moral dos veces por semana a un gran auditorio popular e inmoral no tiene nada que hacer como político serio.
Preferiría perder a mi mejor amigo antes que a mi peor enemigo. Ya sabe usted que para tener amigos solo se necesita ser bondadoso; pero cuando a un hombre no le queda un enemigo es que debe de haber...

Pronto irás por ahí como el converso y el predicador: reprendiendo a la gente por los pecados de los que tú ya te has cansado.

Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.

La verdadera explicacion de este mundo, sea cual fuere la del otro, es el amor, no la filosofia alemana.

El cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean.

El objetivo del mentiroso es sencillamente encantar, deleitar, proporcionar placer. Él es la mismísima base de la sociedad civilizada.

Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.

Uno debería estar siempre enamorado. Por eso jamás deberíamos casarnos.

Cuando un hombre se casa por segunda vez, es porque adoraba a su primera mujer.

El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer.

Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento.

Discúlpeme, no le había reconocido: he cambiado mucho.

Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí.

La única forma de vencer una tentación es dejarse arrastrar por ella.

Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.

La realidad es que los éxitos se los llevan los fuertes y el fracaso los débiles, y eso es todo.

Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.

Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan.

Los libros que el mundo llama inmorales son los que muestran su propia vergüenza.

El Libro de la Vida comienza con un hombre y una mujer en un jardín; termina con el Apocalipsis.
El desacuerdo total con tres cuartas partes de los británicos es uno de los principales elementos de salud mental, lo que resulta una profunda fuente de consuelo en los momentos de duda espiritual.

No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.

La fuerza de las mujeres depende de que la psicología no puede explicarla. Los hombres pueden ser analizados; las mujeres solo pueden ser amadas.

Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente mudo en el preciso momento que uno desea ser completamente sordo.

La rebeldía a los ojos de todo aquel que haya leído algo de historia, es la virtud original del hombre.