Para hacer el bien hay que tener el valor de sufrir y sobrellevar las contrariedades.
Don Bosco
Tú crees que me matas. Yo creo que te suicidas.
Que el aliento vital te vuelva tierno y fresco como tierno y fresco es un niño recién nacido.
Mi alma a dios, mi vida al rey, mi corazón a la dama.
Vuelvo a mirarte aún. Y eres el mismo milagro de ternura y egoísmo, triste y feliz, eterno y pasajero,