La única diferencia entre un santo y un pecador es que el santo tiene pasado y el pecador, futuro.
Oscar Wilde
Trabajando fielmente ocho horas por día, puedes conseguir ser un jefe y trabajar doce horas por día.
Una buena causa no hace que la guerra sea justa.
Es evidente que todos los fines no son fines perfectos. Pero el bien supremo constituye, de alguna manera, un fin perfecto.
Las palabras es todo lo que tenemos.