La verdad no se razona; se reconoce, se siente y se ama.
José Martí
Hasta la raíz más pequeña encuentra su leñador.
Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En ese sentido, el quehacer poético implicaría exorcisar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarra...
Muchas sutilezas despojan de sus bríos a la razón.
Que el verso sea como una llave que abra mil puertas.