Ahora siento hacia mis semejantes un odio sereno, o una piedad tan inactiva que es lo mismo.
Gustave Flaubert
Las personas que tienen poco que hacer son por lo común muy habladoras: cuanto más se piensa y obra, menos se habla.
Pensar es el mayor error que un bailarín puede cometer. No hay que pensar, hay que sentir
Demos al mendigo el pan que nos pide, al huérfano un hogar, al preso la libertad.
Hay dos clases de hombres: los que piensan y los que se divierten