Conocer los propios deseos, su significado y sus costes, requiere la más alta virtud humana: Racionalidad.
Ayn Rand
No podemos hacer la historia, sino solo esperar a que se desarrolle.
La infancia es ignorante; la mocedad, ligera de cascos; la juventud, temeraria, y la vejez, malhumorada.
El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él.
La edad de casarse llega mucho antes que la de quererse.