Los valientes también temen. Pero siguen avanzando.
José Narosky
El gesto de amargura del hombre es, con frecuencia, solo el petrificado azoramiento de un niño.
Un filósofo casado es, para decirlo claro, una figura ridícula.
Prefiero una locura que me entusiasme a una verdad que me abata.
En muchos casos hacemos por vanidad o por miedo, lo que haríamos por deber.