La felicidad no es cosa fácilmente digerible; es, más bien, muy indigesta.
Miguel de Unamuno
El deporte delega en el cuerpo alguna de las virtudes más fuertes del alma: la energía, la audacia, la paciencia.
El que anda en silencio, cazar espera.
Dos velas tengo encendidas en el altar de mi alma, y en él adoro a una virgen que tiene tu misma cara.
La tempestad sopla el rostro de alguien empapado.