El aburrimiento es el fondo de la vida, y el aburrimiento es el que ha inventado los juegos, las distracciones, las novelas y el amor.
Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento.
Llamo rumiantes a los hombres que se pasan rumiando la miseria humana, preocupados de no caer en tal o cual abismo.
La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.
El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.
Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende.
La vida no es sueño. El más vigoroso tacto espiritual es la necesidad de persistencia en una forma u otra. El anhelo de extenderse en tiempo y en espacio.
Muchas veces nos pesa la sinceridad de sopetón y explosiva
Los satisfechos, los felices, no aman; se duermen en la costumbre.
Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee.
Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da.
¿racionalizar la fe?. Quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de legar a la libertad en cristo.
La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante.
Todo acto de bondad es una demostración de poderío.
Pedimos milagros, como si no fuese el milagro más evidente el que los pidamos.
Es un hombre que sabe de todo, ¡qué tonto será!.
Es débil porque no ha dudado bastante y ha querido llegar a conclusiones.
Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas. Y la verdad se busca con humildad.
Solo el que ensaya lo absurdo, es capaz de conquistar lo imposible.
Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.