James Joyce: Etiqueta ante todo. Mata a su ...

Las mujeres son como las hormigas, en cuanto les tapas el agujero se vuelven locas.

Está justo al noble para luchar con la maldad y el mal, el error está en suponer que el mal espiritual puede ser superada por medios físicos.

Pero, como le decía, es muy distinto ser modelo de un novelista. Es un sacrificio sin recompensa. ¡Adoro sacrificarme! Quizás ésa sea la razón de mi vida.

Hay algo peligroso en lo que es gracioso. Discordante y desconcertante. Hay una conexión entre divertido y aterrador.