Federico García Lorca: Oye, hijo mío, el silencio. E...

Oye, hijo mío, el silencio. Es un silencio ondulado, un silencio, donde resbalan valles y ecos y que inclina las frentes hacia el suelo
Federico García Lorca
Temáticas Relacionadas
Más frases

Mis razones para declarar una preferencia sexual tenían que hacer menos con la búsqueda de la libertad personal que con el afán de valor de choque puro.
Habrá perfecta independencia entre los negocios del Estado y negocios puramente eclesiásticos. El gobierno se limitará a proteger con su autoridad el culto público de la religión católica, así ...

El objetivo principal de la educación liberal es hacer de la mente un lugar agradable.

Si los hombres pudieran conducir todos sus asuntos según un criterio firme, o si la fortuna les fuera siempre favorable, nunca serían víctimas de la superstición.