Dios aprieta pero no ahorca ni cae en el sadismo.
Ernesto Esteban Echenique
Epigrama Para Fedra
Sin saber que de Lesbos practicabas
los rituales extraños,
un día gris, inadvertidamente,
puse un beso en tus labios.
Hoy sonrío en la calle y me pregunto
-tras aquel desencan...
Las horas del muchacho son más largas que los días del viejo.
Lo que inquieta al hombre no son las cosas, sino las opiniones acerca de las cosas.
En la oscuridad te llamé, todo era silencio y una brisa que se llevaba la cortina. En el cielo apagado una estrella ardía, una estrella partía, una estrella moría.