Muy distinto es no decir lo que se piensa que no pensar lo que se dice.
Si quieres alcanzar la Sabiduría… ¡empieza a correr ya!.
El que nada desea, es sospechoso.
El loro plagia la palabra, pero quien está preso es el canario.
Cuando alcancé la sabiduría, ella me miró y dijo: "Ya me alcanza cualquiera".
Señalé el futuro y miraste mi dedo.
Quien ríe último, de la desgracia ajena, ríe mejor.
Amigos son los huevos, que están en el mismo nido y nunca se regañan.
La virtud del virtuoso, la envidia el oso.
El optimista ve la copa medio llena. El pesimista la ve medio vacía. El borracho la ve doble.
¡Desdichado el mendigo que no conoce el placer de dar!.
La perfección es obsesiva. Y eso es un defecto.
Se aprende más en la derrota que en la victoria, pero… ¡prefiero esa ignorancia!.
La rosa tiene espinas, pero… ¿tiene pétalos el atún?.
El pavo real abre su cola sin importarle si es día feriado.
Mis aforismos son como los buenos vinos, mientras más pasa el tiempo, más caros.
Aquel que ha tocado el cielo con las manos… ¿cuánto medía?.
El necio no sabrá apreciar ni el sabor de una flor ni el olor de una fruta.
Morir… ¡extraña costumbre!.
El espíritu del virtuoso es como un espejo. Te miras en él y puedes peinarte.