La incultura es una situación que encierra al hombre tan herméticamente como una cárcel
Simone de Beauvoir
Es gran prudencia, cuando el daño puede remediarse, que se remedie, y cuando no, que se disimule.
Al calzarte comienza por el pie derecho, y al levantarte, por el izquierdo.
Las emociones, en efecto, no siguen un orden fijo. Antes bien, y al igual que las partículas del éter, prefieren revolotear con libertad y flotar eternamente trémulas y cambiantes
No hay recetas para conducir pueblos, ni hay libros que aconsejen cuáles son los procedimientos, para conducirlos. Los pueblos se conducen vívidamente, y los movimientos políticos se manejan confor...