Todos somos fragmentos no solo del hombre en general, sino de nosotros mismos.
Georg Simmel
Todo el que intenta salvar a otra persona con la mentira de un amor sin límite arroja una sombra al rostro de Dios.
La sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano.
En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.
De haber escrito mi propio epitafio este hubiese sido: Tuve una riña de enamorados con el mundo.