Franz-Olivier Giesbert: Compartir mesa y mantel con mi...


Compartir mesa y mantel con mi padre era una tortura. Yo rumiaba los pensamientos y me asfixiaba. Solo con estar en presencia suya me agonizaba el corazón en su jaulita de costillas. Tanto se pegaba contra las paredes qe se convertía en algo dolorido, trémulo y sanguinoliento, en una babosa aplastada. brbrEra la época en que papá pegaba habitualmente a mamá por las noches, después de cenar, o, a veces, en plena noche. Por la mañana, mi madre se presantaba con frecuencia en la mesa del desayuno con heridas en las piernas, que ocultaba durante el día bajo unos pantalones elegantes. Yo no entendía por qué mi padre la atizaba así y me sentía culpable por no poder defenderla. Necesitaba desahogarme con alguien.

Franz-Olivier Giesbert


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