Frases para un padre fallecido. Encuentra docenas de frases para un padre fallecido con fotos para copiar y compartir.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hemano complaciente.
Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre.
Cual es el padre, así los hijos salen.
Un padre es un tesoro, un hermano es un consuelo: un amigo es ambos.
El que te enseña por un día es tu padre por toda la vida.
Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años.
El ser más importante no es el padre ni la madre, sino el niño, pues de él depende el futuro.
Octubre vinatero, padre del buen cuero.
Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del Señor es quien irrita a su madre.
¡Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre!
Los sentimientos de amor y temor de dios no tienen su origen en dios, si no en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende sea su padre...
¿Quién es, pues, el creador y padre de este Universo? Difícil es encontrarlo; y cuando se ha encontrado, imposible hacer que la multitud lo conozca.
Bendeciré el haberte conocido y te honrare, como un hijo a su padre, seras mi faro en medio de la noche...
A un padre siempre hay que ayudarlo. Hace falta enseñarle que la vida es difícil. Si después, como es justo, llegás donde él queria, debés convencerlo de que estaba equivocado y que lo hiciste p...
Creo que mi madre fue siempre fiel a la infidelidad de mi padre y eligió la castidad. La castidad de mi madre era peor que la de una virgen, porque ella había conocido el placer durante unos meses y...
Un buen padre vale por cien maestros.
El hacer el padre por su hijo es hacer por sí mismo.
Un padre que sabe dar rienda suelta a su infante interior, será capaz de valorizar el mundo interno de sus hijos, aunque éste sea uno con necesidad especial.
El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro, se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo (...) Para ustedes la Nación se realizó y fue derog...
Mira a quien está sobre ti como a tu padre, y a quien está debajo como a tu hijo.
Contra un padre no hay razón.
Los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.
Un padre sin hijos es como un arco sin las flechas.
Mi padre, al irse, regaló medio siglo a mi niñez.
Como es el padre, así es el hijo.
Un padre para cien hijos, antes que cien hijos para un padre.
Mi padre siempre me amparó por desgraciado y me tuvo un sitio en su corazón.
Un padre se ocupa más de diez hijos que diez hijos de un padre.
Muy sentida es la muerte cuando el padre queda vivo.
El único amor perfecto en este mundo es aquel del padre por su hijo.
El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan solo el principio pasivo.
El hombre común se molesta si le dicen que su padre era deshonesto, pero se vanagloria si su descubre que su bisabuelo fue pirata.
A padre incircunciso, hijo irreverente.
Ser padre es la única profesión en la que primero se otorga el título y luego se cursa la carrera.
El ser humano desea y anhela vivir una vida en paz, estando ajenos y divorciados del constructor de la paz; nuestro Padre celestial
Si en cada momento de tu vida piensas y tienes presente al Padre celestial, vendrá su paz a tu vida para abrazarte y no soltarte jamás. LA PAZ SOLO PROVIENE DEL PADRE Y A PESAR DE LAS CIRCUNSTANCIAS...
Si la pobreza es la madre de los crímenes, la falta de espíritu es su padre.
No hay palabra ni pincel que llegue a manifestar amor de padre.
La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!