La personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna.
Arthur Schopenhauer
¡El amor! Es el ala que Dios ha dado al alma para que pueda subir hasta él.
Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad.
El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza.
Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad.