Una necedad, aunque la repitan millones de bocas, no dejan de ser una necedad.
Anatole France
Incluso en el trono más alto, uno se sienta sobre sus propias posaderas.
Aguardar demasiado a un convidado es una falta de consideración para los que están presentes.
El matrimonio es como una jaula; uno ve a los pájaros desesperados por entrar, y a los que están dentro igualmente desesperados por salir.
Una virtud simulada es una impiedad duplicada: a la malicia une la falsedad.