Incluso en el trono más alto, uno se sienta sobre sus propias posaderas.
Michel De Montaigne
Aguardar demasiado a un convidado es una falta de consideración para los que están presentes.
El matrimonio es como una jaula; uno ve a los pájaros desesperados por entrar, y a los que están dentro igualmente desesperados por salir.
Una virtud simulada es una impiedad duplicada: a la malicia une la falsedad.
La paciencia comienza con lágrimas y, al fin, sonríe.