En el clamor de la multitud, en los aplausos y en las burlas, o en el cariño de los demás, no encontramos el triunfo o la derrota; solo se encuentra dentro de nosotros mismos.
Henry Longfellow Wadsworth
La persona sádica es tan dependiente de la sumisa como ésta de aquélla: ninguna de las dos puede vivir sin la otra. La diferencia solo radica en que la persona sádica domina, explota, lastima y hu...
¡Salud, primavera, princesa encantadora!, saludo engrandecido las gasas de tu velo.
Mis ojos buscan tus pupilas hondas, mis manos la caricia de tus dedos.
A borracho o mujeriego, no des a guardar dinero.