Oliver Wendell Holmes: La fama suele alcanzar a aquel...

Qué injusta, qué maldita, qué cabrona la muerte que no nos mata a nosotros sino a los que amamos.

Aquel hombre que pierde la honra por el negocio, pierde el negocio y la honra.

Cuanto más conozco a los hombres, más admiro a los perros.

Cuando el hombre se mira mucho a sí mismo, llega a no saber cuál es su cara y cuál es su careta.