El comunismo no priva al hombre de la libertad de apropiarse del fruto de su trabajo, lo único de lo que lo priva es de la libertad de esclavizar a otros por medio de tales apropiaciones.
Karl Marx
He aquí la gran incógnita que no he podido resolver, a pesar de mis treinta años de investigación sobre el alma femenina: ¿Qué es lo que quiere la mujer?
No vinimos a quejarnos vinimos a trabajar*
Amargas son las raíces del estudio, pero los frutos son dulces
Nadie escucharía si no fuera porque aguarda su turno para hablar.