Dios siempre nos manda regalos, hasta nuestra soledad.
Annatell
No me gusta la gente que nunca ha tropezado ni caído. Su virtud es sin vida, y no vale mucho. La vida no les ha revelado su belleza.
El carácter es para el hombre su destino
Mi corazón, como una lata de cerveza que te la bebes y al final le das patadas sin pensar que me desquicias la cabeza.
Herir a un oponente es herirte a ti mismo. El arte de la paz es controlar la agresión sin producir daños.