No había modo de escapar de mi orgullo personal mientras permaneciera en contacto con quienes estaban dispuestos a adularme.
Orson Scott Card
... la ciudad nace, en mi opinión, por darse la circunstancia de que ninguno de nosotros se basta a sí mismo, sino que necesita de muchas cosas.
Que al ciego efecto la razón sujeta, no ve el peligro, o, si le ve, le aceta.
¡Es preferible irse a pique que rendir el pabellón!
Piensen qué paraíso sería este mundo si los hombres fuesen buenos y sabios.