No es dichoso aquél a quien la fortuna no puede dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada.
Francisco De Quevedo
Pan con pan, comida de tontos.
Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.
Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.
El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro.