Quien ha nacido en nuestros días y retorna a los modos de la antigüedad es un estúpido y labra su propia desgracia.
Confucio
Cuando tenía quince años, estaba empeñado en aprender; a los treinta, contaba con una base firme; a los cuarenta, ya no tenía dudas de nada; a los cincuenta, conocía la ley del cielo; a los sesen...
El que no mira hacia adelante, atrás se queda.
Benditas las mujeres que se enamoran, las hechiceras de la noche, las que comparten el fuego de las bodas del cuerpo en la consagración de la piel.
Cuando estés fuera de casa, no vuelvas nunca la vista atrás, pues las erinias siguen tus pasos.