Freno dorado no mejora el caballo.
No hay nada imposible al calor de una revolución.
Los héroes pasan por nuestro lado sin que reparemos en ellos. Se sientan en la terraza de un bar, se sujetan a la barra del metro o hacen la cola en la oficina del paro, como tantos.
Un artista no tiene que ser un sacerdote o un mayordomo, pero sin duda debe tener un corazón cálido para sus semejantes.
¿Quieres ser invisible para los hombres? Sé pobre. ¿Quieres ser invisible para las mujeres? Sé viejo.