La felicidad no mira de dónde nace, sino adónde puede llegar.
Séneca
Un hombre es lo que piensa que es.
Junta lo malo con lo bueno, y malo se volverá todo ello.
El dolor es para el alma un alimento fecundo.
Las cadenas de la costumbre son tan sólidas que no se sienten, hasta vuelven tan fuertes que nadie las puede romper.