Un sabor eterno se nos ha prometido, y el alma lo recuerda.
Leopoldo Marechal
Pide consejo al que sabe corregirse a sí mismo.
Dos es compañía, tres multitud.
Donde hay justicia no hay pobreza.
La gente a la que se honraba en La Biblia eran los falsos profetas. Aquellos a quienes nosotros llamamos los profetas era a quienes se encarcelaba y mandaba al desierto, y de allí en más.