La nariz de una multitud es su imaginación. Por ella, en cualquier momento, puede guiársela serenamente.
Edgar Allan Poe
Evidentemente debo muy poco a los esquimales o al congo; pero, en realidad, hago cuanto puedo para ser digno de la universidad del mundo.
Porque deleitarse es algo anímico, y para cada uno es placentero aquello de lo que se dice aficionado.
La libertad es el derecho de hacer lo que no perjudique a los demás.
El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera.