La razón se pierde razonando.
Antonio Porchia
Quien me insulta siempre, no me ofende jamás.
Para mí la patria, no será nunca triunfo, sino agonía y deber.
Locura le llamó a esto; la excepción se convertiría para él en la regla.
¡Sí! te contestaré con alegría desde los intemporales campos celestes por donde camino: Estoy en tu corazón, y ¡qué feliz soy!.