Es mejor ser hombre que mujer, porque hasta el hombre más miserable tiene una mujer a la cual mandar.
Isabel Allende
La enfermedad que sobreviene al convaleciente es más peligrosa.
No se debe ir por carne a casa del lobo.
A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.
Te marchas tú; verdes son los sauces, largo el camino.