El que desprecia demasiado, se hace digno de su propio desprecio.
Henry Frédéric Amiel
Las grandes promesas son siempre muy sospechosas.
Ser estúpido, egoísta y estar bien de salud, he aquí las tres condiciones que se requieren para ser feliz. Pero si os falta la primera, estáis perdidos.
Eras tu la que sacudiendo velos en mi boca húmeda me entregabas la voz con que te podía llamar.
Cuando tratamos de descubrir lo mejor que hay en los demás, descubrimos lo mejor de nosotros mismos.