Pensamiento de heraclito ( 2 )
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La auténtica naturaleza de las cosas suele estar oculta
Para las almas es muerte llegar a ser agua, para el agua es muerte llegar a ser tierra, y de la tierra nace el agua, del agua el alma.
Es de sabios prestar oídos no a mí, sino (al logos) a la palabra, y reconocer que todas las cosas son una
Lo mismo es viviente y muerto, despierto y durmiendo, joven y viejo; pues esto al cambiar es aquello y aquello al cambiar es de nuevo esto.
No encontrarás los confines del alma ni aún recorriendo todos los caminos; tal es su profundidad.
Una vez nacidos, quieren vivir y alcanzar su destino, pero más bien descansar, así que dejan tras de sí para que alcancen su destino.
La guerra es el origen de todo.
Preciso es saber que la guerra es común; la justicia, contienda, y que todo acontece por la contienda y la necesidad.
No vayamos conjeturando azarosamente sobre los temas más importantes.
Lo contrapuesto concuerda, y de los discordantes se forma la más bella armonía, y todo se engendra por la discordia.
Muerte es cuantas cosas vemos al despertar, sueño cuantas vemos al dormir.
Este cosmos, que es el mismo para todos, no ha sido hecho por ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que siempre fue, es y será un fuego eterno y vivo que se enciende y se apaga obedeciendo a ...
El agua del mar es mala para los hombres y saludable para los peces.
Los cuerpos muertos han de desecharse con mayor motivo que el estiércol.
Con tanto ardor deben los ciudadanos pelear por la defensa de las leyes, como por la de sus murallas, no siendo menos necesarias aquéllas que éstas para la conservación de una ciudad.
No sería mejor para los hombres que sucediera lo que desean
Si no se espera, no se da con lo inesperado
El carácter es para el hombre su destino
El sol tiene el tamaño de un pie humano.
Muerte es todo lo que vemos despiertos; sueño lo que vemos dormidos.
Todo cambia nada es.
Los buscadores de oro cavan mucho y hallan poco.
Los asnos prefieren la paja al oro.
Son distintas la aguas que cubren a los que entran al mismo río.
A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
Sin esperanza se encuentra lo inesperado.
Todas las leyes humanas se alimentan de la ley divina.
Inmortales, mortales, inmortales. Nuestra vida es la muerte de los primeros y su vida es nuestra muerte.
Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, abundancia y hambre.
Para Dios todo es hermoso, bueno y justo. Los hombres han concebido lo justo y lo injusto.
La enfermedad hace agradable la salud; el hambre la saciedad; la fatiga el reposo.
Los perros solo ladran a quienes no conocen.
En el círculo se confunden el principio y el fin.
Los médicos cortan, queman, torturan. Y haciendo a los enfermos un bien, que más parece mal, exigen una recompensa que casi no merecen.
Si no esperas lo inesperado no lo reconocerás cuando llegue.
Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña.
Los hombres intentan purificarse manchándose de sangre. Es como si, después de haberse manchado con barro, quisieran limpiarse con barro.
Más vale apagar una injuria que apagar un incendio.
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