Proverbios chinos de confucio ( 5 )
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¿por qué, niños, no aprendéis las canciones? las canciones sirven para elevarse, para atestiguar el propio valer, para aprender sociabilidad, para aprender a odiar, para servir en casa al padre y ...

En general los hombres aman más la belleza corporal que la virtud.

No enseñar a un hombre que está dispuesto a aprender es desaprovechar a un hombre.

El cielo gobierna los acontecimientos del mundo sin ser visto; esta acción oculta del cielo es lo que se llama el destino.

Quienes son pródigos en exceso y se entregan al lujo, fácilmente se vuelven orgullosos.

El que no es fiel y sincero con sus amigos, jamás gozará de la confianza de sus superiores.

El hombre que no medita y obra con precipitación, no podrá evitar grandes fracasos.

Donde hay educación no hay distinción de clases.

Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.

Es posible lograr que el pueblo siga al hombre bueno, pero nunca se le podrá forzar a que le comprenda.
Si uno se sabe de memoria las trescientas piezas del cancionero, pero cuando se le encargan las funciones de gobierno no es capaz de desempeñar (el puesto), o mandado en calidad de enviado al extranj...

Aprende a vivir y sabrás morir bien.

Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.

Reflexionar con calma antes de adoptar ninguna determinación, no cansarse nunca de obrar el bien, y tratar cada asunto según convenga.

El que conoce la verdad no es igual al que la ama.

El sabio sabe que ignora.

Sin no conoces todavía la vida, ¿cómo puede ser posible conocer la muerte?

Los cautos rara vez se equivocan.

Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad.
Los hombres se distinguen menos por sus cualidades naturales que por la cultura que ellos mismos se proporcionan. Los únicos que no cambian son los sabios de primer orden y los completamente idiotas.

La naturaleza humana es buena y la maldad es esencialmente antinatural.

Solo los sabios más excelentes, y los necios más acabados, son incomprensibles.

Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.

Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.

Solo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres.

Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil.

Sabemos tan poco acerca de la vida. ¿Cómo podremos saber algo acerca de la muerte?

El hombre superior es persistente en el camino cierto y no solo persistente.

El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.

El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia.

Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.

La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.

No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.

No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino.

Si pudiéramos aprender, por la mañana, lo que es justo, deberíamos darnos por satisfechos con morir por la tarde.

Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.

Gobernar es rectificar.

Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.

Cometer un error y no corregirlo es otro error.
La conducta del sabio es como el agua: carece de sabor, pero a todos complace; carece de color, pero es bella y cautivadora; carece de forma, pero se adapta con sencillez y orden a las más variadas f...