Frases de Arthur Miller
El carácter de una persona lo determinan los problemas que no puede eludir y el remordimiento que le provocan los que ha eludido.
Los sentimientos de culpa son muy repetitivos, se repiten tanto en la mente humana que llega un punto en que te aburres de ellos.
El paso del tiempo condena al olvido la memoria de un país.
No se deje seducir a pensar que aquello que no produce un beneficio carece de valor.
Hay hombres que no suben después de caer.
¿puede alguien recordar el amor?. Es como querer conjurar el aroma de las rosas en un sótano. Podrías ver la rosa, pero el perfume, jamás. Y esa es la verdad de las cosas, su perfume.
Ningún hombre necesita poco.
Creo que no es posible vivir sin ideal, ni religión ni sensación de porvenir. Los hospitales estarían llenos de locos.
No me arrepiento en absoluto de haber corrido todos los riesgos por aquello que me importaba.
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La mera idea de que sucedan (los milagros), persiste en la cabeza de mucha gente. Cuando eso muere hace que la gente sea más desgraciada.
¿Puede uno recordar el amor? Es como tratar de evocar el aroma de las rosas en un sótano. Puedes ver la rosa, pero nunca el perfume.
El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma.
Todo el que intenta salvar a otra persona con la mentira de un amor sin límite arroja una sombra al rostro de Dios.
Los que aman el dinero no lo regalan.
Un buen periódico es una nación hablándose a sí misma.
La vida es como una nuez; no puede cascarse entre almohadones de plumas.
El gran teatro clásico ya no existe.
No creo que existan reglas sobre los asuntos del amor y la cantidad de compasión que conllevan.
Un hombre vulgar puede acabarse lo mismo que un gran hombre.
Pues... Me enseñaste la bondad, por lo tanto eres bueno. Fue un incendio por donde me condujiste, y en él se quemó toda mi ignorancia. Era fuego, John, llamas las que nos envolvían.