No dejar ninguna piedra sin remover.
El mayor placer de la vida es el amor.
No desperdicies lágrimas frescas en dolores pasados.
Al hombre comedido le basta con lo suficiente.
¿Quién sabe si lo que llamamos muerte no es sino vida; y la muerte, en cambio lo que juzgamos que es vida?
El oportunista que no sirve para nada siempre hechiza a la chusma.
Nadie puede decir con confianza que aún vivirán mañana.
Los nobles padres tienen nobles hijos.
Todo cambia en este mundo, e inconstante es la vida humana, y sujeta a muchos errores.
Llena de tormentos está la vida humana , y no hay descanso en nuestras penalidades; y si tan dulce es vivir, a lo mejor nos envuelven las tinieblas de la muerte.
La felicidad es breve. No va a quedarse. Dios azota en sus velas.
La juventud es la mejor época para ser rico y la mejor época para ser pobre.
Cuando las calamidades caen sobre un Estado, se olvidan los dioses y nadie se preocupa de honrarlos.
Cuestiona todo, aprende algo, pero no esperes ninguna respuesta
La riqueza se queda con nosotros un pequeño momento en todo caso: solo nuestros personajes son firmes, no nuestro oro.
El hombre que pide a los dioses la muerte es un loco: no hay en la muerte nada tan bueno como la miseria de la vida.
Cuando un hombre bueno sufre, todo el que se dice bueno se sufre con él.
Frente a una muchedumbre, los mediocres son los más elocuentes.
En mudas circunstancias el buen amigo se manifiesta.
Los Hombres mas sabios siguen su propio rumbo.