Frases de Francisco de La Rochefoucauld ( 9 )

A menudo se nos deberíamos sentir vergüenza de nuestras mejores acciones si el mundo pudiera ver todos los motivos que los han producido.

Una obra puede convertirse en moderna solo si es primera posmoderna. Posmodernismo así entendida no es modernismo en su extremo, pero en el estado naciente, y este estado es constante.

Todos somos lo suficientemente fuertes como para soportar las desgracias de otros hombres.

La generalidad de las mujeres virtuosas son como tesoros escondidos, son seguros solo porque nadie ha buscado ellos.

Filosofía considera un asunto fácil para vencer los males del pasado y el futuro, pero el presente es normalmente muy difícil para él.

La esperanza y el temor son inseparables y no hay temor sin esperanza, ni esperanza sin temor.

Es con un viejo amor, ya que es a la vejez un hombre vive a todas las miserias, pero está muerto para todos los gustos.

Nos damos consejos, pero no podemos dar la sabiduría para aprovecharse de ellos.

Hay muchos remedios que curan el amor; pero ninguno infalible.

Uno perdona a la medida en que uno ama.

No hay disfraz que pueda ocultar el amor por mucho tiempo allá donde exista; o simularlo allá donde no existe.
En todas las profesiones de cada uno afecta a un aspecto y un exterior que aparezca lo que desea que el mundo crea que lo es. Así, podemos decir que todo el mundo se compone de las apariencias.

Los celos se cría en dudas. Cuando esas dudas se transforman en certezas, entonces la pasión ni cesa o se vuelve una locura absoluta.

Con frecuencia nos avergonzaríamos de nuestras más hermosas acciones, si el mundo supiera todos los motivos que las producen.

Es posible que pronto ser llevados a amar a los que nos odian, a los que aman a nosotros más de lo que quisiéramos que ellos hacen.

Si hay un amor puro y libre de la mezcla de las otras pasiones, es lo que se esconde en el fondo de nuestro corazón, y que no conocemos.

Los hombres no vivirían mucho tiempo en sociedad si no se engañaran unos a otros.

La virtud se iría muy lejos si la vanidad no hacerle compañía.

La adulación es una especie de mal de dinero, a la que nuestra vanidad nos da moneda.

A menudo se nos avergonzaría a nuestros mejores acciones, si el mundo no hizo sino ver todos los motivos en los que se realizan.