Frases de Henry Louis Mencken
El amor es como una guerra, fácil de iniciar, difícil de terminar, imposible de olvidar.
Para todo problema humano hay siempre una solución fácil, clara, plausible y equivocada.
Cuando las mujeres se besan, siempre recuerdan a los boxeadores profesionales cuando se estrechan las manos.
Vive de manera que puedas mirar fijamente a los ojos de cualquiera y mandarlo al diablo.
La fe puede ser sucintamente definida como una creencia ilógica en que lo improbable sucederá.
El soltero desea una esposa pero se alegra de no tenerla.
Un cínico es un hombre que, en cuando huele flores, busca un ataúd alrededor.
El hombre se hace civilizado no en proporción a su disposición para creer, sino en proporción a su facilidad para dudar.
A una persona naturalmente confiada le lleva bastante tiempo reconciliarse con la idea de que, después de todo, Dios no lo ayudará.
El principal valor del dinero radica en que lo estimamos más de lo que vale.
Los solteros saben más acerca de las mujeres que los casados; si no fuese así, ellos también lo estarían.
La conciencia es una voz interior que nos advierte que alguien puede estar mirando.
Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar.
Es completamente lícito para una católica evitar el embarazo recurriendo a las matemáticas, aunque todavía está prohibido recurrir a la física o a la química.
Todo hombre decente se avergüenza del gobierno bajo el que vive
Auto respeto? El sentimiento de seguridad de que nadie, hasta ahora, sospecha nada
Envidia es la teoría de que alguien más tiene igual de poco gusto
El tiempo es el gran igualador, incluso en el campo de la moral.
Cae la cabeza del rey, y la tiranía se vuelve libertad. El cambio parece abismal. Luego, pedazo a pedazo, la cara de la libertad se endurece, y poco a poco se vuelve la misma vieja cara de la tiraní...
La esperanza es la creencia patológica en la materialización de lo imposible.