Frases de Jonathan Swift ( 2 )
El poder arbitrario constituye una tentación natural para un príncipe, como el vino o las mujeres para un hombre joven, o el soborno para un juez, o la avaricia para el viejo, o la vanidad para la m...
El escritor que quiera saber cómo debe conducirse en relación a la posteridad no tiene más que examinar en los viejos libros qué es lo que le causa agrado y cuáles son las omisiones que más lame...

Una taberna es un lugar en donde la locura es vendida en botella.

El mejor predicador es el tiempo, que nos hace llegar a tener aquellos mismos pensamientos que las personas de más edad trataron ante en vano de meternos en la cabeza.

Libros, los hijos del cerebro.

Es imposible que una cosa tan natural, tan necesaria y tan universal como la muerte pueda haber sido destinada a la humanidad, por la providencia, como un mal.

A veces leo un libro con placer y detesto al autor.

La ambición suele llevar a los hombres a ejecutar los menesteres más viles: por eso para trepar se adopta la misma postura que para arrastrarse.

La libertad de conciencia se entiende hoy día, no solo como la libertad de creer lo que uno quiera, sino también de poder propagar esa creencia.

Tenemos la suficiente religión para odiarnos unos a otros, pero no la bastante para amarnos.

El gusto por la adulación se debe, en la mayoría de los hombres, a la pobre opinión que tiene de sí mismos; con las mujeres ocurre al contrario.

La mayoría de las personas son como alfileres: sus cabezas no son lo más importante.
Podemos observar en la república de los perros que todo el Estado disfruta de la paz más absoluta después de una comida abundante, y que surgen entre ellos contiendas civiles tan pronto como un hue...

Es un axioma que aquel a quien todos conceden el segundo lugar, tiene méritos indudables para ocupar el primero.

¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!

Cuando el diablo está satisfecho, es una buena persona.

Visión es el arte de ver las cosas invisibles.

La felicidad es el privilegio de ser bien engañado.

Todo el mundo quisiera vivir largo tiempo, pero nadie querría ser viejo.

Nada es constante en este mundo sino la inconstancia.