Es hermoso que los padres lleguen a ser amigos de sus hijos, desvaneciéndoles todo temor, pero inspirándoles un gran respeto.
Los más rezan con los mismos labios que usan para mentir.
El hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios está viejo, irreparablemente.
En la utopía de ayer, se incubó la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades.
Admitamos que la primera vez se ofende por ignorancia; pero creamos que la segunda suele ser por villanía.
Las personas debemos el progreso a los insatisfechos.
La imaginación y la experiencia van de la mano. Solas no andan.
Enseñemos a perdonar; pero si enseñamos también a no ofender, sería más eficiente.
A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso.
La curiosidad intelectual es la negación de todos los dogmas y la fuerza motriz del libre examen.
La vida humana representa, la mayor parte de las veces, una ecuación entre el pasado y el futuro.
Los que se quejan de la forma como rebota la pelota, son aquellos que no la saben golpear.
Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes solo necesitan saber a dónde van.
No se nace joven, hay que adquirir la juventud. Y sin un ideal, no se adquiere.
El perfeccionamiento es incesante renovación.
Hay que poner más lejos la intención y la esperanza, resistiendo las tentaciones del aplauso inmediato; la gloria es más difícil, pero más digna.
El hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios esta viejo, irreparablemente. La vida humana representa, la mayor parte de las veces, una ecuación entre el pasado y el futuro.
La patria no se hace por dinero y tierra solamente, debe tener características de ideal y progreso.
Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal; el pensamiento sin calor es muerto, frío, carece de estilo, no tiene...
Las rebeldías románticas son embotadas por la experiencia: ella enfrena muchas impetuosidades falaces y da a los ideales más sólida firmeza. Las lecciones de la realidad no matan al idealista: lo ...