Frases de José Ortega y Gasset ( 5 )
Hay razones para ir sospechando que, en general, solo cabezas castellanas tienen órganos adecuados para percibir el gran problema de la España integral
A la postre, el engaño resulta ser un humilde parásito de la ingenuidad.
Puedo comprometerme a ser sincero; pero no me exijáis que me comprometa a ser imparcial
Todas las filosofías cínicas han hecho su entrada en la sociedad arropándose con los guiñapos de la franqueza.
Mejor ten cuidado con nociones como el genio y la inspiración, sino que son una especie de varita mágica y deben utilizarse con moderación por cualquier persona que quiera ver las cosas con clarida...
Si usted quiere aprovecharse de la ventajas de la civilización, pero no se preocupa usted de sostener la civilización... se ha fastidiado usted. En un dos por tres se queda usted sin civilización. ...
Este es el mayor peligro que hoy amenaza a la civilización: la estatificación de la vida, el intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social por el Estado; es decir, la anula...
La vida humana eterna sería insoportable. Cobra valor precisamente porque su brevedad la aprieta, densifica y hace compacta.
La mayor parte de los hombres tiene una capacidad intelectual muy superior al ejercicio que hacen de ella.
Solo si los niños pueden vivir hoy plenamente como tales, mañana serán personas adultas en la plenitud de su potencial. El renacuajo no se hace un mejor sapo si se lo fuerza a vivir fuera del agua ...
El odio es un sentimiento que lleva a la extinción de los valores.
La poesía es la adolescencia fermentado, y por lo tanto conserva.
El bien es, como la naturaleza, un inmenso paisaje en el que el hombre avanza a través de siglos de exploración.
Tenemos necesidad de la historia en su totalidad, para no caer de nuevo en ella, pero a ver si nos podemos escapar de ella.
El amor es ese espléndido disparo de la vitalidad humana de actividad suprema que la naturaleza ofrece a cualquier persona para salir de sí mismo hacia otra persona.
Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión.
No podemos despojarnos vida hasta que estemos listos.
Juventud no requiere razones para vivir, solo necesita pretextos.
Una idea es una verdad puesta en jaque mate.
No hay amor sin instinto sexual. El amor usa de este instinto como de una fuerza brutal, como el bergantín usa el viento.