Prohibir algo es despertar el deseo.
Aunque pudiera hacerme temible, preferiría hacerme amable.
El hombre sabio no lo es en todas las cosas.
El hombre es una invención cuya fecha reciente muestra con toda facilidad la arqueología de nuestro pensamiento.
Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.
El cobarde solo amenaza cuando está a salvo.
Si tanto corres no encontrarás a nadie, y lo que es peor, no te encontrarás a ti mismo.
Encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás.
Las leyes mantienen su crédito no porque sean justas, sino porque son leyes.
El que no esté seguro de su memoria debe abstenerse de mentir.
La vejez pone mas arrugas en el espíritu que en la cara.
Lo bonito de la profesión de actor es que no existe ningún orden en el tiempo o la edad.
Nos ocupamos mucho de ser gentes de bien según la ley de Dios; no sabríamos serlo según nosotros mismos.
Si no sabes cómo morir, no te preocupes: la naturaleza te lo enseñará a su debido tiempo.
Solamente trabajamos para llenar la memoria, dejando vacías la inteligencia y la conciencia.
No hay victoria, si no se pone fin a la guerra.*
Una prueba de la propia bondad está en confiar en la bondad de los demás.
Quien le enseña al hombre a morir, le enseña a vivir.
La belleza es una gran recomendación en el comercio humano, y no hay nadie que sea tan bárbaro o tan grosero que no se sienta herido por su dulzura.
La virtud no quiere que se la siga sino tan solo por sí misma