El hacer el padre por su hijo es hacer por sí mismo.
La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.
Más hermoso parece el soldado en la batalla que sano en la huida.
Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.
Puede haber amor sin celos, pero no sin temores.
El amor es invisible y entra y sale por donde quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos.
Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño está en quien no sabe.
Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida.
¿qué locura o que desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?.
Las armas requieren espíritu como las letras.
El sueño es el alivio de las miserias para los que las sufren despiertos.
Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día.
Llenáronse de regocijo los pechos porque se llenaron las tazas de generosos vinos que, cuando se trasiegan por la mar, de un cabo a otro, no hay néctar que se les iguale.
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por l...
No puede ser bueno aquél que nunca ha amado.
Tanto más fatiga el bien deseado cuanto más cerca está la esperanza de poseerlo.
No hay camino que no se acabe si no se le opone la pereza.
En los principios amorosos los desengaños prestos suelen ser remedios calificados.
Siempre los ricos que dan en liberales hallan quien canonice sus desafueros y califique por buenos sus malos gustos.
El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.