En el rÃo pasan ahogados todos los espejos del pasado.
Como daba besos lentos, duraban más sus amores.
La ópera es la verdad de la mentira;el cine es la mentira de la verdad.
Las espigas hacen cosquillas al viento.
Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte.
El epitafio es la última tarjeta de visita que se hace el hombre.
El mejor destino que hay es el de supervisor de nubes, acostado en una hamaca mirando al cielo.
Entre los carriles de las vÃas del tren, crecen flores suicidas.
Lo que defiende a las mujeres es que piensan que todos los hombres son iguales, mientras que lo que pierde a los hombres es que piensan que todas las mujeres son diferentes.
El lunar es el punto final del poema de la belleza.
Es difÃcil determinar cuando acaba una generación y comienza otra. DirÃamos más o menos que es a las nueve de la noche.
En la vida hay que ser un poco tonto porque sinó lo son solo los demás y no te dejan nada.
En realidad, los seguros de vida son seguros de muerte.
Los que matan a una mujer y después se suicidan debÃan variar el sistema: suicidarse antes y matarla después.
TenÃa tan mala memoria que se olvidó de que tenÃa mala memoria y se acordó de todo.
Aburrirse es besar a la muerte.
Ese precioso y necesario don del sentido común, que es el menos común de los sentidos.
La gasolina es el incienso de la civilización.
No hay color para el Luto.
La lluvia es triste porque nos recuerda cuando fuimos peces.