Cosas hay que para saberlas no basta haberlas aprendido.
Reino en lugar ajeno no está seguro.
Mucha parte de la verdad está por descubrir.
No queda al enfermo esperanzas cuando el médico aconseja la intemperancia.
Hónrese cada uno con lo que le pertenece.
Lo que hay después de la muerte, vida es, no muerte.
No hay cosa más fuerte que el verdadero amor.
Pierde la virtud sus fuerzas si le falta oposición.
Del tormento se libra el que fácilmente lo sufre.
Los desgraciados casi nos fuerzan a ser duros e insensibles.
Dos veces muere el que a voluntad de otro muere.
El que sin peligro vence no consigue la gloria.
Poco nos hubiera dado naturaleza si más que a sí no nos diera.
No se confiesa obligado quien no recibió.
La diligencia nos parece tardanza cuando deseamos una cosa.
Determínese despacio lo que para siempre se resuelve.
El sabio no castiga por venganza de lo pasado, sino por remedio de lo venidero.
El beneficio que a todos se hace, a ninguno se hace.
No se debe adquirir el amigo en la mesa.
Más cuenta tiene con dios el desdichado que el feliz.