Más dañosa es la abundancia que viene sobre gran codicia.
No hay desgracia a que falte remedio.
Desgracia imprevista nos hiere más fuertemente.
Antes de ofrecer debemos detenernos, pero después de haber ofrecido, cumplirlo.
Ningún vicio hay que no tenga disculpa alguna.
Bueno es tener fama, pero más seguro es tener dinero.
Torpe pérdida es la que por negligencia se hace.
Con grande espíritu se deben determinar cosas grandes.
El que recibe lo que no puede pagar, engaña.
Menos agravio se hace al que presto se niega lo que pide.
Ninguno es de otro menospreciado, si no lo es antes de sí.
Lo más importante de la curación consiste en querer ser curado.
Todo es posible a quien no teme los trabajos.
Mozos fueron primero los que ahora son hombres.
Doloroso es que comencemos a vivir cuando morimos.
Las injurias y los beneficios penden de la voluntad.
La mujer no admite medio: o ama mucho, o aborrece mucho.
No es grave el mal que admite consejo.
El vino tórnase bueno cuando resultaba nuevo, duro y áspero, pero se sostiene aquel vino que ya en el lagar era agradable.
Grandísima caída es de señor a esclavo.