No hay cosa perpetua, y aun son muchas las que poco duran.
Las obras se tienen medio terminadas cuando se han comenzado bien.
Sé útil primero a los demás, si quieres ser útil a ti mismo.
La desgracia no llega al hombre valeroso.
En ninguno puede haber vicio, sino en el que puede haber virtud.
Lo mismo es nuestra vida que una comedia; no se atiende a si es larga, sino a si la han representado bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas buen final.
Más fácilmente se entiende lo que por partes se propone.
Dice hecatón: te descubriré un modo de provocar el amor sin filtro mágico, sin hierbas, sin ensalmos de hechicera: si quieres ser amado, ama.
Menos teme los peligros el que más veces los venció.
La parte de vuestro cuerpo más sana es la que más se ejercita.
Peores son los odios ocultos que los descubiertos.
Hasta de males hay ambición.
No puede haber orden cuando hay mucha prisa.
La prosperidad que más dura es la que vino despacio.
No consiste la felicidad de nuestra vida en vivir, sino en vivir bien.
El miedo se pinta en el rostro.
La fortuna puede robarnos la hacienda, pero no el valor.
Vicio grande en el deudor hacer de su acreedor ofensa.
Nadie se cree culpado si es él su mismo juez.
Dos veces vence el que en la victoria se vence a sí.